A ver, estoy empezando a leer un libro: “Focus, un manifiesto por la simplicidad en la edad de la distracción”, de Leo Babauta, considerado el gurú de los hábitos zen. Especialista en simplicidad y minimalismo.
Este libro trata de cómo ser más feliz y hacer que el trabajo sea más centrado y creativo, que contribuya a la felicidad personal y que al mismo tiempo se integre en el resto de tu vida.
Un libro sobre productividad personal.
Nada más empezar el libro, en la introducción, leo la cita
Sonríe, respira y ve lentamente
Marcando diferencia sonriendo
Por si no lo sabes, Thich Nhat Hanh, es, fue, murió este año, un líder espiritual global, poeta y activista por la paz conocido por sus profundas enseñanzas y sus populares libros sobre la paz y la práctica de la plena conciencia (mindfulness).Todo un influencer de famosos como yo mismo, y otros mindunguis como Oprah Winfrey, Madonna, Nicole Kidman, Clint Eastwood, Jim Yong Kim (el que fuera presidente del banco mundial), y más.
Practico meditación, formal, aunque más de la no formal, y de este buen hombre "Los 10 movimientos conscientes".
Pues nada, que sonrío al ver la cita, me relajo, respiro, dejo de leer y voy lentamente a escribir esto.
Y es que me recuerda algo que escribí hace unos cuantos años.
Voy con la sonrisa puesta. Sonreír produce una relajación del cerebro, para a continuación relajar todo el cuerpo.
Si, si, la contracción efectuada para sonreír eleva las comisuras de la boca y los párpados hacia arriba, relajándose la musculatura de la mandíbula (maseteros), de los labios (orbiculares) y de los ojos.
Al mismo tiempo, la corteza cerebral manda al hipotálamo y al sistema límbico, una manifestación de alegría que llega a las vías del sistema nervioso vegetativo (ganglios simpáticos y parasimpáticos de la médula espinal) hasta los mismísimos órganos.
¿Genitales? También.
Esto no lo digo yo, es pura fisiología occidental, pero imagino que Thich Nhat Hanh se referirá a la otra visión, la oriental, quien sabe, no me gusta estereotipar.
La otra visión es que la sonrisa transporta una energía que calienta y cura. Neutraliza el estrés vital aumentando la actividad del timo, centro del amor y de la iluminación superior.
Los ojos, receptáculos de las señales de emoción, están vinculados con el sistema nervioso autónomo: al relajar los ojos, es posible relajar todo el cuerpo.
¡Estos orientales…! Qué cosas tienen. Ya lo decían hace centenares de años y nosotros poniendo sanguijuelas.
Bien, pues aquí va un consejito: Sonríe, lleva la sonrisa puesta.
No hace falta que abras la boca como un buzón. Únicamente levanta un poquillo las comisuras de los labios y obtendrás los beneficios comentados.
Este sencillo acto marca la diferencia. Más de lo que crees. Anda, sonríe, que es gratis.
Mira, he visto en muchas actividades (como instructor y como participante) en las que se realizan meditaciones, hacerlas a "cara de perro". Serios, serios de narices.
Solo tienes que fijarte en la cara de cualquier imagen oriental en la que se está meditando para observar una ligera sonrisa.
Y es que si no estás relajado cómo vas a despejar la mente o enfocarte en una sola cosa.
A sonreir, leches!
Vale, pues todo esto, de sonreír, respirar, e ir lentamente, es lo que intento conseguir en mi vida.
Y muchas más cosas, por supuesto. Pero es que también es a lo que me dedico.
Intento que sonrías al terminar la consulta, bien porque te encuentras mejor de esas molestias musculares o porque tienes unas indicaciones o tratamiento para encontrarte mejor.
Seguro que respiras mejor, en el sentido de quedar más aliviado/a.
En cuanto a lo de ir lentamente…, de eso ya no estoy tan seguro, pues ya es cosa tuya.
Pero si has estado conmigo, hemos hablado, o has leído otros post relacionados, seguro que me has escuchado decir que el estrés es "lo peor de lo peor”.
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Pues eso, que sonrías.
Agur y buenas noches, que son las once y solo he llegado a la introducción del libro.
